Tarta mousse de chocolate blanco y fresas

En mi familia hay dos épocas de temporada alta en lo que a cumpleaños se refiere, que son los primeros y los últimos meses del año. 
Meses en los que la batidora de varillas, pobre mía, me pide paga por horas extras.
Este año, para el cumple de mi tía Fina tenía que encontrar, versionear o inventarme algo que resultase "ideal", ya que aparte de ser MI TÍA por excelencia, es que ella tiene mucho glamour y mucha clase. Ella, que es muy sibarita en lo que a gastronomía se refiere, todo lo que le sirven con criterio y elegancia es "ideaaaaaaaaaal".
Así que me planté en su cumpleaños con esta súper delicia de la que no quedó ni pizca.
Yo que no soy muy fan del chocolate blanco, me dejó alucinada. Queda muy suave y nada empalagosa...y cuando te encuentras con los trocitos de fresa dentro de la mousse de chocolate blanco es ya... como de traca final de fiestas. 
Como os decía, "ideal".

Dificultad: baja
Tiempo de preparación aproximado: 30 minutos para preparar la base y la mousse + tiempo de cuajado (mínimo unas 4 horas) + 10 minutos para decorar
Raciones: 14-16
Molde: desmoldable de 23cm.

INGREDIENTES

Para la base:

• 1 rulo de galletas (200g.)
• 70g. de mantequilla

Para la mousse de chocolate blanco con fresas:

• 1 tarrina de 300g. de queso de untar (tipo Philadelphia)
• 160g. de una pastilla chocolate blanco para postres (reservamos unas onzas para decorar)
• 200ml. de leche (entera, semi o desnatada)
• 50g. de azúcar
• 400ml. de nata para montar
• 6 hojas de gelatina de 2 gramos cada una
• unas 6-8 fresas cortadas a trocitos pequeños

Para decorar:

• 6-8 fresas
• unas onzas de chocolate blanco que rallaremos por encima
• 2 cucharadas soperas de mermelada de fresa

PREPARACIÓN

De la base:

1. Trituramos las galletas por completo y las ponemos en un bol.
2. Fundimos la mantequilla en el micro y la añadimos a las galletas. Trabajamos un poco con las manos bien limpias para que se mezcle bien. Veréis que la galleta queda un poco suelta, pero tranquilos todos que no se desmorona al servir; queda integrada en el punto justo para que no quede en plan mazacote.
3. Vertemos en el molde desmoldable y lo vamos apretando con las manos hasta que quede lo más igualado posible y bien ajustado a los laterales. Reservamos en la nevera para que se endurezca mientras preparamos la mousse.

De la mousse de chocolate blanco con fresas:

1. En un cazo, ponemos a calentar a fuego medio la leche, el azúcar, el queso para untar y el chocolate blanco. Vamos removiendo hasta que el queso y el chocolate se fundan por completo. Apartamos del fuego y reservamos.
2. En un plato hondo echamos un poco de agua fría y ponemos a hidratar las hojas de gelatina. Con un par de minutos será suficiente. Las escurrimos bien y las echamos al contenido del cazo. Con una varilla de mano removemos bien hasta que se hayan disuelto por completo. Reservamos.
3. Montamos la nata, que os recuerdo que tiene que estar bien fría para que monte. No vale llegar del súper e intentar montarla a temperatura ambiente porque va a ser perder el tiempo...
4. Ponemos el contenido del cazo en un bol. Le añadimos la nata y mezclamos suavemente con movimientos envolventes para que la nata no se nos baje.
5. Lavamos y cortamos las fresas a trocitos pequeños. Las incorporamos a la mousse y removemos un poco.
6. Vertemos la mousse en el molde desmoldable, donde ya tendremos endurecida la base de galleta y dejamos cuajar en la nevera como mínimo 4 horas, aunque lo mejor es hacerlo de un día para otro.

Decoración:

1. Una vez tenemos la mousse cuajada, lavamos las fresas, las secamos con papel de cocina delicadamente y las partimos por la mitad. Las colocamos con un poco de gracia por encima de la tarta.
2. En el vaso de la túrmix ponemos las 2 cucharadas soperas de mermelada y trituramos hasta que no quede ningún grumo. Con una brocha de cocina vamos pintando las fresas para que queden monas y brillantes.
3. Rallamos un poco de chocolate blanco por encima, desmoldamos y ¡a disfrutar!

DE ESTA RECETA TE INTERESA SABER...

Congelación: Sí, hasta 3 meses.
Info: si la metéis en el congelador unas 2 ó 3 horas antes de servir, queda rollo semifría y absolutamente deliciosa.