Bizcocho DAIQUIRI de limón, ron y pasas

No, no...por lo que pueda parecer por lo "espirituoso" del título de esta receta, no me he echado a la bebida. De hecho, el alcohol es una de esas cosas que no me apasionan. No llego a ser abstemia, pero casi. Pero el hecho de añadir ciertos licores a las masas de repostería, le dan un toque especial que las convierte en algo absolutamente delicioso.
Respecto a si el alcohol se pierde o no cuando lo hemos puesto a hervir, pues te encuentras con opiniones bastante diversas...Algunos cocineros expertos defienden que lo pierde por completo, otros dicen que no se llega a evaporar del todo...pues hijos, yo ya no sé qué creerme. Así que como creo que en el punto medio está la virtud, digamos que siempre quedará algo, ¿no?
Por lo que, aunque la cantidad de ron que lleva este bizcocho es insignificante, digamos que lo voy a recomendar exclusivamente para el público adulto. Para esos que no tienen hijos y siguen haciendo lo que les da la real gana, y para esos que los tienen pero los han dejado a buen recaudo en guarderías, colegios, extraescolares y demás actividades inimaginables que dejan un espacio libre a los papis y mamis para disfrutar de un buen café con los amigos...
Un café acompañado por un bizcocho muy esponjoso y con un punto de humedad fantástico, con un sabor a limón, pasas, ron y mantequilla que quita el "sentío".
Así que nada, vayan organizando sus agendas para ver con quién dejan a los niños...

Dificultad: bajísima
Tiempo de preparación aproximado: 15 minutos para preparar la mezcla del bizcocho + 40 minutos de horneado + 5 minutos para preparar la cobertura de ron y limón y pintar toda la capa superior.
Raciones: 12-14
Molde: Yo he utilizado uno circular de silicona de 23cm.

INGREDIENTES

• 175g. de mantequilla a temperatura ambiente (tipo pomada)
• 150g. de azúcar
• 1 pizca de sal
• 3 huevos a temperatura ambiente
• el zumo de un limón
• 1 yogurt natural
• 50g. de almendra molida
• vasito y medio del yogurt de harina de repostería
• 1/2 sobre de levadura química para repostería (unos 8g.)
• 50g. de pasas

Para pintar una vez horneado:

• el zumo de un limón
• 4 cucharadas soperas de ron
• 2 cucharadas de desayuno rasas de azúcar

PREPARACIÓN

1. Precalentamos el horno a 180º, posición "arriba y abajo".
2. Ponemos en un bol las pasas en agua para que se hidraten. Con ponerlas 30 minutos antes es suficiente. A mí personalmente no me gusta hidratar las frutas deshidratadas hasta que parecen globos aerostáticos, pero ahí cada cual...
3. En un bol, batimos 2 ó 3 minutos la mantequilla, el azúcar y la pizca de sal hasta que nos quede una especie de crema sedosa.
4. Vamos incorporando los huevos uno a uno. Es decir, que añadimos uno y batimos, añadimos el otro y batimos, y así sucesivamente hasta llegar al tercero.
5. Incorporamos el yogurt y el zumo de limón. Batimos un minuto más. Y aquí un inciso: este bizcocho tiene un toque muy sutil a ron, pero si queréis potenciar el sabor, en este punto le añadís un par de cucharadas soperas a la masa.
6. Añadimos la harina y la levadura tamizadas. Mezclamos con suavidad.
7. Incorporamos la almendra molida y mezclamos.
8. Finalmente escurrimos bien las pasas y las añadimos a la mezcla.
9. Vertemos en el molde que, como siempre, si no es de silicona lo tendremos que engrasar ligeramente con aceite de girasol o mantequilla, y horneamos en el nivel medio del horno 40 minutos.
10. Sacamos y dejamos enfriar en el molde.
11. Cuando saquemos el bizcocho del horno hacemos lo siguiente: en un cazo calentamos el ron, el zumo de limón y el azúcar 2 ó 3 minutos a fuego medio-bajo. No le deis mucha caña al fuego o, cuando os asoméis para ver el contenido, habrá desaparecido todo el líquido por completo...
12. Apartamos del fuego y con una brocha de repostería pintamos toda la parte superior. El bizcocho todavía estará caliente, pero es antes de que se haya enfriado del todo cuando lo tenéis que pintar.
13. Dejamos que se enfríe por completo, desmoldamos y ya lo tenemos listo. Fácil, ¿no?

DE ESTA RECETA TE INTERESA SABER...

Congelación: Sí, unos 3 meses.

Conservación: Aguanta perfectamente un par de días con la misma jugosidad si, lo que nos sobre, lo envolvemos bien en papel film.